Casi todo el mundo sabe lo que es un buen empleado: es fiable, trabaja duro, tiene cualidades de liderazgo y trabaja en equipo. Pero existe una diferencia entre empleados buenos y excepcionalmente buenos. Aquí hay ocho señales de un empleado por encima del promedio que definitivamente no aparecerán en tu informe de desempeño.
Lo especial de estas habilidades es que no sólo influyen en el desempeño del empleado, sino también en el desempeño de todos los demás empleados. Esto a su vez tiene un impacto en sus resultados operativos.
Los expertos en recursos humanos de Kairoshr, nos dan las 8 claves para poder reconocer mejor a los mejores y promocionarlos de forma específica.
- Hacen las cosas incluso si no forman parte de la descripción de su trabajo
Especialmente en las empresas más pequeñas, es importante que los empleados trabajen de forma independiente, establezcan prioridades de forma independiente y aborden las tareas de forma proactiva, independientemente de si esto forma parte de la descripción de su trabajo o no. Un empleado excepcional no se preocupa por sensibilidades, títulos de trabajo o clasificaciones. Cuando nota que hay un problema, inmediatamente salta al vacío y busca soluciones. Incluso si eso no es realmente parte de su trabajo.
- Extraño, pero particularmente bueno
Pueden ser excéntricos, provocativos o casi groseros. Pero todo, en un sentido completamente positivo. Porque: si quieres resultados excepcionalmente buenos, necesitas medidas excepcionales. Esto rara vez se puede lograr con empleados mediocres. Porque el trabajo suele consistir en algo más que realizar tareas rutinarias. Personas extraordinarias ayudan a repensar procesos estandarizados, brindan nueva inspiración, a veces ingresan a nuevos territorios y redefinen el status quo. Por lo general, esto no solo es divertido, sino que también te ayuda a mantenerte flexible y a superar tus límites continuamente.
- Saben cuándo dar un paso atrás
Los caracteres especiales son un activo para toda empresa. Pero: debes saber cuándo es bueno ser excepcional y cuándo tiene sentido integrarse en el equipo y no actuar como un individuo. Si hay tareas importantes pendientes, es importante que los empleados individuales no se centren en sí mismos, sino que el grupo las aborde de forma integral. Un empleado excepcionalmente bueno sabe exactamente cuándo ser excéntrico y cuándo conformarse.
- Elogian a otros empleados
A todos los empleados les gusta ser elogiados por su jefe. Pero los elogios son aún más importantes cuando provienen de un colega. Idealmente de alguien a quien admiras. Alabar a los demás y así ponerlos en primer plano demuestra mucho desinterés y demuestra que las fortalezas y acciones de los compañeros son vistas y, sobre todo, reconocidas. Además: los elogios motivan a otros empleados a trabajar en sí mismos.
- Saben cómo y cuándo abordar temas delicados
Para promover un ambiente de trabajo abierto y mantener la comunicación, es importante que se puedan discutir las cosas libremente. Sin embargo, algunas cosas es mejor abordarlas en privado. Los buenos empleados a menudo tienden a abordar los problemas en grupos grandes porque sienten que están en la posición correcta para hacerlo y así hacerse un nombre. La diferencia con los empleados excepcionalmente buenos: prefieren discutir temas delicados en situaciones más íntimas, por ejemplo antes o después de las reuniones, porque saben que los temas explosivos pueden inquietar rápidamente a otros empleados.
- Cuestionan el status quo
Hay empleados que son muy tímidos. Tanto en grupos grandes como en conversaciones individuales, no se atreven a hacer preguntas importantes ni a expresarse. Un empleado excepcionalmente bueno siempre tendrá el coraje de hacer preguntas, de cuestionar las cosas, no sólo para sí mismo sino también para los demás. Tiene sentido cuando los demás están preocupados pero no se atreven a hablar. Por eso, a menudo los defiende, aborda abiertamente sus inquietudes y preguntas y actúa así como portavoz del grupo.
- Tienen la ambición de demostrárselo a todo el mundo
Por supuesto, la formación, el talento y la inteligencia son requisitos básicos para un buen empleado. Un muy buen empleado también tiene un alto nivel de automotivación. Este impulso a menudo surge del deseo de demostrar que las personas que dudan de ellos están equivocadas. Este impulso especial vale su peso en oro porque llevará al empleado hasta sus límites y, a veces, incluso más allá. Los empleados excepcionalmente buenos están motivados por un propósito más profundo que simplemente querer hacer un buen trabajo.
- Odian quedarse quietos
Se espera que un buen empleado siga estructuras e instrucciones. Los empleados excepcionalmente
buenos cuestionarán, repensarán y rediseñarán estas estructuras e instrucciones. Porque: Son difíciles de complacer. Esto es bueno, porque son precisamente estos empleados los que seguirán trabajando en los procesos, innovándolos y mejorándolos. No porque se les exija, sino porque está en su naturaleza no aceptar quedarse quietos, sino querer siempre ir más allá y seguir mejorando.
La próxima vez que contrates empleados, definitivamente debes tener en cuenta estos ocho puntos, porque estas son exactamente las habilidades que harán que tu empresa tenga éxito. Todo el mundo puede hacerlo bien; sólo algunas personas pueden hacerlo de forma excepcional.
Para emplear y promover empleados de acuerdo con sus características, debes documentar los logros y objetivos individuales. Con esta evaluación siempre podrás controlar el desempeño de los empleados y su desarrollo.