Cuando se habla de sostenibilidad, medio ambiente o impacto medioambiental, siempre nos vienen a la mente algunos sectores como la automoción, la construcción o industrias metalúrgicas, por citar algunos ejemplos. Sin embargo, otros sectores son pasados por alto como si su presencia en la industria no tuviera ningún tipo de impacto. Es el caso del sector de la cosmética y la perfumería, entre otros muchos más como las fábricas de agua, e incluso la industria textil. Parece como si tan solo algunos sectores llevaran el peso de la huella de carbono, cuando en realidad, todos y cada uno de nosotros (a nivel personal incluido) dejamos nuestra impronta más negativa.
Cada acción que el ser humano lleva a cabo, conlleva adheridas una serie de daños colaterales ineludibles. El mero hecho de nuestra presencia ya resulta un factor enteramente negativo para la sostenibilidad de un planeta que se cuida solo y no necesita de las personas. Aun así, todos formamos parte de ese ciclo de la vida y, con huella de carbono o sin ella, estamos obligados a cuidar de nuestro entorno en lugar de destruirlo. Por lo tanto, todas las medidas tomadas en aras de vivir en un mundo mejor, sean bienvenidas y luchemos por que el planeta se recupere de las atrocidades cometidas por los seres (in)humanos.
Una visita realizada a Laboratorios Syrch, empresa reconocida por ser uno de los mayores fabricantes de perfumes y ambientadores a nivel nacional, nos ha hecho plantearnos el impacto que tiene la industria a nivel medioambiental. Mientras que algunas trabajan en la sostenibilidad de sus productos y la propia industria, otras permanecen ajenas al hecho. No se trata de juzgar a las empresas más o menos sostenibles, pues la mayoría de ellas, tienen gran conciencia social y toman paulatinamente las medidas necesarias para alcanzar la sostenibilidad ideal. Como sucede en otros muchos sectores, se trata de una carrera de fondo y una transición hacia mejores prácticas. Por lo tanto, solo vamos a analizar el impacto de un sector como el de la perfumería y en lo que a contaminación interior respecta. Porque pensamos que el aire perfumado, no es un aire altamente viciado.
El aire, principal afectado de los perfumes
Los datos de una encuesta de consumidores realizada en el año dos mil veintiuno en Estados Unidos, advertían que para el año presente, más de trescientos millones de habitantes utilizarían desodorantes o perfumes. Lo más probable es que pensemos que se trata de personas que cuidan de su higiene personal y no nos planteemos más. A las mentes inquietas, les surgen las inquietudes y se preguntan algunas cosas como si el perfume se queda en el cuerpo o la ropa una vez pulverizado o cuál es el destino final de los aerosoles que lo componen.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que un perfume es una fragancia compuesta por decenas de sustancias entre las que destacan los compuestos orgánicos volátiles. Existen alrededor de cuatro mil elementos que pueden utilizarse a la hora de desarrollar un aroma. Por otro lado, entendemos que un producto de consumo con fragancia es aquel que posee un aroma adicional o se compone esencialmente de fragancia. Ambientadores, desodorantes, detergentes, velas o colonias, son claros ejemplos conocidos por todos, de productos con fragancia.
Mientras que algunos investigadores decidieron analizar los datos específicos de producción energética y productos químicos que determinan la cantidad de VOC que se produce a partir del petróleo y el gas natural, otros se preguntaron cuanto producen los productos perfumados y perfumes. Los datos obtenidos indican que los productos perfumados, representan de forma aproximada, el doble que el de combustible para los vehículos. Esto viene a decir que la contaminación interior se ha convertido de manera relativa, en un riesgo más difícil de manejar y está contribuyendo de manera notable a la contaminación del aire.
A consecuencia de que este tipo de productos se evapora de manera rápida, sus compuestos orgánicos volátiles (COV), acaban en el aire. En la gran mayoría de los casos, precisamente, esa es su finalidad. De hecho, sin esa evaporación de los COV, las fragancias de perfumes, velas y demás, no se podrían oler.
Debido a esto, debemos tener presente que las emisiones directas de ambientadores en combinación con elementos como el ozono presente en el aire, contribuye a los COV. Es decir que las emisiones de los ambientadores al mezclarse con las moléculas del aire interior naturalmente presentes, crean contaminantes. Además de que los artículos perfumados guardan una relación directa con la contaminación del medio ambiente.
Por otro lado, a diferencia de lo que sucede con la mayoría de los productos, no es necesario que los ingredientes que los componen se muestren en etiquetas o cajas. Como resultado, tenemos una de las mayores y más importantes fuentes de contaminación de aire que, por lo general no se controla y cuyos componentes son mayormente desconocidos.
Un problema de salud
No somos conscientes pero la exposición a estos contaminantes es constante y regular. Algo que se ha convertido en un motivo de preocupación, pues las sustancias que componen todo este tipo de productos, incluyen en su composición todo tipo de sustancias que guardan relación con una amplia variedad de problemas de salud. Los investigadores han probado y descubierto compuesto en los ambientadores cuya relación con el cáncer es directa. Sin mencionar que una gran mayoría de la población sufre de diferentes problemas debido a esa constante exposición a todo tipo de productos perfumados. Algunos de eso problemas son el citado cáncer, los dolores de cabeza y las migrañas o el asma y las alergias.
Son varios los componentes químicos que se utilizan para el desarrollo de las diferentes fragancias que encuentran dentro de la clasificación como agentes carcinógenos humanos conocidos o potenciales. Como por ejemplo, el formaldehído presente en numerosos aromas.
Productos como ambientadores, suavizantes o perfumes son desencadenantes comunes de esos molestos dolores de cabeza, así como desencadenantes de alérgicas. Son muchas las personas que padecen alergia a los perfumes debido a la sensibilidad química que les provoca tos, estornudos, irritación, etc.
La Organización Mundial de la Salud, asegura que la contaminación del aire afecta a más del noventa por cien de la población mundial. Esto repercute en que se responsabiliza al cliente sobre la toma de decisiones sobre cuál es la mejor opción para la sociedad y el medio ambiente. Con todo esto, la demanda de productos perfumados que produzcan una menor cantidad de VOC es tan necesaria como urgente. Teniendo claro que no se pueden eliminar por completo estos artículos, la mejor opciones esforzarse en disminuir su impacto en el aire y el medio ambiente, tomando decisiones que conlleven un estilo de vida saludable.
Como medidas preventivas para evitar o minimizar el uso de perfumes o ambientadores podemos realizar acciones como eliminar las fuentes de olor, aumentar la ventilación abriendo ventanas o mediante extractores. Mejorar esta última y aumentarla con la ayuda de sistemas de ventilación y limpiando y aspirando de forma regular los espacios cerrados, suelen ser bastante eficaces. Así como utilizar un purificador de aire.
Basta con pararse a pensar para comprobar con claridad el hecho de que los perfumes y todo tipo de productos que generan olores, dañan el medio ambiente. Ya no se trata tanto de la propia industria cosmética y la perfumería, como del consumidor. El impacto del sector en el medio ambiente puede llegar a preocupar, pero no tanto como el consumo de este tipo de productos. La razón es bastante evidente, no se tiene conciencia sobre como las sustancias químicas se evaporan en el aire, permaneciendo en las estancias durante mucho tiempo. Por lo que no respiramos un aire limpio y puro como deberíamos, respiramos un aire viciado que no por resultar agradable al olfato, resulta saludable.
En cuestiones olfativas, es fácil engañarse. Asociamos los aromas agradables a lo limpio y atractivo, cuando nada tiene que ver. ¿Cuántas veces las personas no se duchan ni mantienen una higiene adecuada pero se rocían con su perfume favorito? Puede que no desprendan malos olores a priori, pero tampoco se trata de personas limpias, aunque lo parezcan. Así sucede con todo. No por desprender mal olor es malo, ni por agradable, bueno.
Aquello que requiere pulverización, todo lo que desprende aromas y procede de un laboratorio pues requiere de químicos, seguramente, resulte nocivo. No solo para el medio ambiente, también para las personas. Los químicos se mantienen en el aire, viciándolo y contaminándolo del mismo modo que los tubos de escape de los vehículos.
Verdaderamente resulta mucho más sencillo de entender. Si reparamos en nuestra propia respiración, inhalamos oxígeno con el aire y devolvemos dióxido de carbono, responsable del efecto invernadero. A fin de cuentas, no somos máquinas perfectas.
Como conclusión, la industria de la perfumería y la cosmética, puede tener un impacto medioambiental más o menos considerable. Sin embargo, el problema real de esta industria no es otro que los consumidores que hacen un uso indiscriminado de productos perfumados y esencias o fragancias sin pensar en las consecuencias. Y esto, teniendo en cuenta que quien los usa, es el más perjudicado pues su aire está más contaminado.