Cuándo es recomendable tomarse la tensión.

La tensión arterial mide la fuerza con que la sangre presiona las arterias cuando el corazón está bombeando y cuando se encuentra en reposo, entre medias de los latidos. Es una instantánea del estado de nuestro sistema circulatorio. Llevando un registro, más o menos continuado, nos puede alertar de probables complicaciones.

La web médica Medline Plus nos recuerda que existen dos tipos de presión arterial. La Sistólica, que mide la presión sobre las arterias cuando el corazón está latiendo. Y la Diastólica, que nos indica la presión cuando el corazón está en reposo.

Una persona, en estado normal, tiene una presión Sistólica de entre 90 y 120 milímetros de mercurio (mm Hg) y una diastólica que oscila entre 60 y 80 mm Hg. Una variación por arriba o por debajo de más de 20 mm Hg es preocupante.

Para tener un indicador fiable de la tensión arterial es necesario hacer varias tomas. Una toma puntual puede no ser representativa. La tensión se puede alterar por distintos factores como el nerviosismo del paciente, un exceso de calor, sobre esfuerzo físico o el consumo de alguna bebida excitante como el café.

Si la persona tiene la tendencia a tener la presión arterial muy alta, estamos hablando de hipertensión. En este caso se requiere un seguimiento continuado de la tensión del paciente, ya que tiene una mayor propensión a sufrir accidentes cardiacos.

Sí, por el contrario, la tiene muy baja puede sufrir episodios en los que no llegue suficiente sangre y oxígeno aparte importantes de su cuerpo, como el corazón y el cerebro.

Existen pautas de estilo de vida (como llevar una alimentación equilibrada y hacer ejercicio físico moderado con frecuencia), así como toda una gama de medicamentos para regular la tensión arterial. La forma de medir la eficacia de estos tratamientos es mediante las tomas de tensión programadas.

Los dependientes de la Farmacia el Ancla, en la barriada de El Carmen de Huelva, recomiendan a sus clientes que al mismo tiempo que se efectúa una toma de tensión arterial, se sometan a un análisis de glucosa en sangre. Una prueba médica rápida y sencilla que nos informa de otros problemas de salud, como la posibilidad de padecer diabetes.

Cuando tomarse la tensión.

Los médicos recomiendan a las personas sanas tomarse la tensión entre los 16 y 40 años, una vez cada 4 años. A partir de los 40 años es aconsejable tomársela cada 2. Existen grupos de riesgo en los que se aconseja tomarse la tensión en farmacia 1 vez al año, estos grupos son:

  • Personas con sobrepeso u obesidad.
  • Personas mayores de 40 años con antecedentes familiares de enfermedades cardiacas o diabetes.
  • Mujeres que toman asiduamente pastillas anticonceptivas.
  • Enfermos de diabetes tipo 2.

En el momento en el que se produzca una lectura inusual se le sugiere a la persona visitar al médico. En el caso de hipertensión, el doctor establecerá una pauta para tomar la tensión periódicamente y tenerla controlada. Hay que tener en cuenta que una lectura puntual en la consulta médica no tiene por qué ser relevante. Para conocer la situación real del paciente será necesario ver su evolución en el tiempo.

Para realizar un control de la tensión arterial se efectúan dos mediciones al día. Una por la mañana, en ayunas, antes de desayunar y tomarse la medicación y otra por la tarde noche. Esto permitirá apreciar los riesgos reales de salud y tomar medidas. Con ello se controlan los efectos de la medicación, en el caso de que se haya prescrito, para ajustarla.

Cómo medir la tensión correctamente.

Para que la medición sea fiable, la tensión se toma después de que la persona haya estado 5 minutos en reposo, por lo menos. Debe estar relajado, no debe estar nervioso, ni tener prisa. La persona no debe haber tomado bebidas excitantes como café o té, ni fumado durante media hora antes de la medición.

La posición correcta para tomar la tensión es estar sentado en una silla, no tumbado. Con la espalda apoyada en el respaldo y las piernas ligeramente flexionadas, nunca cruzadas. Los pies deben estar tocando el suelo. La mano debe estar relajada, en posición de descanso.

La tensión se suele tomar en el brazo opuesto al dominante. Si somos diestros se pondrá el tensiómetro en el brazo izquierdo, y si somos zurdos, en el derecho. En el caso de duda, se tomará de referencia el brazo que presente una medición más alta.

El manguito del tensiómetro debe estar en contacto con la piel, por lo que si la persona lleva manga larga, deberá arremangarse. En invierno, que llevamos puestas varias prendas, el sujeto deberá quitarse el abrigo y el jersey. Si se arremanga varias prendas de ropa al mismo tiempo, aprisionará el brazo y la tensión en las venas será mayor, de una manera no natural.

Existen una gran variedad de aparatos para tomar la tensión. Manuales y digitales, de brazo y de muñeca. Los médicos quitan fiabilidad a los de muñeca. Es importante que el manguito se adapte al diámetro del brazo y utilizar la medida adecuada. Existen tres tallas de manguito: Pequeño (niños y adultos con el brazo muy delgado), estándar, y talla grande (para personas obesas) Si utilizamos un manguito más pequeño del adecuado nos dará una medición más alta de la real, mientras que si empleamos una talla mayor, el indicador será más bajo.

Tampoco se aconseja que la persona hable durante la toma de tensión, ya que puede alterar los resultados.

Riesgos de tener la tensión alta.

Dice el periódico El Confidencial que a la hipertensión, o presión arterial alta se le conoce como la asesina silenciosa. No presenta síntomas evidentes, pero está detrás de gran parte de los accidentes cardiovasculares.

Se calcula que en España, el 40% de la población es hipertensa. La mayoría de la gente no lo sabe y solo un 30% de los afectados la tienen controlada. Es ligeramente más habitual en hombres, que en mujeres, y se dispara a partir de los 40 años. Especialmente entre la población que lleva un estilo de vida sedentaria.

Es importante controlarla ya que puede dar lugar a infartos de miocardio, embolias e ictus.

Para reducir la presión arterial de manera natural se aconseja:

  • Hacer ejercicio moderado todos los días. (Basta con salir a andar una hora o correr durante media, pero sobretodo, ser constante).
  • Reducir el sobrepeso. La persona debe tener un Índice de Masa Corporal aceptable. Esta es la relación entre el peso y la altura y viene fijado por unos parámetros médicos.
  • Tomar una dieta saludable. Esto incluye la ingesta diaria de frutas, verduras y cereales integrales y la reducción de alimentos ricos en grasas saturadas.
  • Eliminar la sal de las comidas.
  • Limitar el consumo de alcohol y café.
  • Dejar de fumar.

El control de la tensión no es un tema baladí, ya que las enfermedades coronarias son una de las principales causas de muerte en los llamados países desarrollados.

Riesgos de la presión arterial baja.

Existe el falso mito de que tener la tensión baja es un salvoconducto de vida. Que con subirla tomando un poco de café o alguna sustancia excitante, nos asegura tener una vida sana. Es cierto que es menos preocupante que la hipertensión, pero no debemos bajar la guardia. Lo que nos indica este fenómeno es que al corazón y al cerebro le llega menos sangre y oxígeno del necesario para su funcionamiento.

A diferencia de la hipertensión, la hipotensión, que es como se le conoce a la tendencia a tener la tensión arterial baja, presenta una serie de síntomas, estos son los más habituales:

  • Mareos.
  • Nauseas.
  • Piel fría o sudorosa.
  • Palidez.
  • Debilidad corporal.
  • Desmayo.

En ocasiones aparece puntualmente. En un episodio que dura apenas unos minutos, y que tras sentarse, relajarse y tomar aire, la tensión arterial vuelve a sus niveles normales. Puede aparecer por cambios ambientales bruscos (olas de calor, cortes de digestión, presión atmosférica, etc.) o por posturas incómodas prolongadas, como estar mucho tiempo de pie, quieto en un sitio.

Puede tener un componente genético. Personas que ya de por sí son propensas a esta anomalía. El consumo de ciertas sustancias conlleva a padecerla, es el caso del consumo habitual de alcohol, ansiolíticos, diuréticos, antidepresivos y analgésicos. Es un efecto secundario de algunos medicamentos utilizados en cirugía y en el tratamiento de enfermedades coronarias. Otras causas pueden ser lesiones nerviosas producidas por diabetes, arritmias, deshidratación, insuficiencia cardiaca, hemorragia interna, etc.

Las personas que padecen hipotensión con bastante frecuencia tienden a sentirse aturdidas cuando están de pié. Esto puede ocasionar daños cerebrales. Si se produce dolor torácico y sensación de ahogo, por una irrigación insuficiente de sangre al corazón, puede ocasionar angina de pecho. Cuando una persona mantiene una presión arterial muy baja durante un tiempo prolongado, su cuerpo entra en shock.

La toma de presión arterial es una sencilla prueba médica que nos informa si nos encontramos en un buen estado de salud, o se atisban problemas que debemos solucionar.

 

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