Los tatús molan. Un piercing en un lugar estratégico no está mal. Como forma de expresión e incluso reivindicación de nuestra personalidad, marcarse el cuerpo de algún modo, no tiene por qué implicar algo negativo. Al contrario, a nivel estético resulta agradable y a nivel personal, único. Pero eso cuando se trata de algo puntual, no de taladrarse el cuerpo y la cara y tatuar toda la piel visible. Aunque no tenemos nada que objetar para quien le guste, no es lo más apropiado ni saludable. Sobre todo cuando la zona afectada por la simbología de la rebeldía que conlleva el acto de tatuarse y perforarse la piel, implica a zonas tan sensibles como la boca.
Seguramente a más de uno o una amante del piercing y el tatuaje de forma moderada, esto le parece una barbarie. A otros la sola idea de marcar sus dientes de forma permanente y lucir un pendiente en la encía, les produce una enorme curiosidad y satisfacción. De cualquier manera, no se trata de juzgar en modo alguno los gustos y preferencias de la gente. Cada quien es libre de hacer con su cuerpo lo que guste. Si te gusta llenarlo de ornamentos decorativos cual lienzo en blanco, perfecto. Sin embargo, no está de más, poner en conocimiento de estas mentes inquietas, las posibles consecuencias de esta práctica, cada vez más habitual.
Tras una consulta en Sánchez Arranz Clínica Dental, hemos tomado nota sobre los problemas que pueden presentarse tras realizar alguna de estas prácticas en la cavidad oral. Esto no quiere decir que a todo el mundo les cause la misma repercusión ni que siempre produzcan problemas. Lo interesante es cobrar conciencia de lo que puede ocurrir en tu boca tras la realización de un piercing o un tatuaje, en las encías, la lengua o incluso, los dientes.
Los riesgos del piercing
Colocarse un piercing en la boca es una forma popular de autoexpresión, como ya hemos señalado. Este tipo de prácticas que implican la perforación corporal no son una novedad, de hecho se vienen realizando desde que los hombres vivían en las cavernas. Sin embargo, a pesar de tratarse de algo más que habitual, conlleva una serie de posibles riesgos que no deberían ser ignorados por aquellos que piensan en someterse a una perforación en la boca. Antes de lanzarse al hecho y agujerear una parte de la boca, hay que considerar algunos aspectos, como el tipo de material que se va a utilizar y la ubicación del piercing. Entre los materiales más seguros que podemos encontrar, se encuentran el titanio y el acero quirúrgico que minimizan el riesgo de reacción alérgica, al mismo tiempo que aceleran la cicatrización.
Dentro de los problemas más comunes que se pueden producir a consecuencia de un piercing en la boca, se encuentran las infecciones y la prolongación del tiempo de curación. Esto se debe a la elevada presencia de bacterias que existe en la cavidad oral. Además de que un piercing colocado en la lengua puede conllevar dificultades al hablar y masticar, sobre todo en los primeros días tras su colocación.
Respecto a los piercing en la lengua, sobre todo en los casos de colocación en la punta, el riesgo de infección aumenta. La lengua es un músculo que se haya en continuo movimiento, algo que dificulta y complica la cicatrización al tiempo que aumenta el riesgo de inflamación. Lo habitual es experimentar una inflamación significativa que puede llegar a dificultar la respiración y la ingesta de alimentos. Con la finalidad de mitigar estos problemas que pueden producirse de forma inmediata o a lo largo de los días, hay que cumplir de forma rigurosa las indicaciones de cuidado proporcionadas por un profesional. Esto incluye el uso de enjuagues antibacterianos.
Los riesgos de este tipo de perforaciones, se producen desde el momento en que se realiza. Durante la colocación de un piercing en la boca, el riesgo de sangrado es elevado, ya que se trata de una zona con infinidad de vasos sanguíneos. En segundo lugar, las infecciones suponen una de las mayores preocupaciones en los días sucesivos a la perforación. Cualquier bacteria puede infiltrarse en la herida abierta.
Otra de las consecuencias graves que puede conllevar la colocación de un piercing, es la posible transmisión de enfermedades. En un elevado número de caso se produce un déficit de condiciones higiénicas como material sin esterilizar, o compartido sin limpieza. Esto facilita la transmisión de patologías como la hepatitis en cualquiera de sus tipos e incluso el VIH.
Para evitar este tipo de complicaciones, es imprescindible observar especialmente la higiene bucal y realizar un seguimiento por parte de un especialista. Evitar ingerir alimentos excesivamente calientes, picantes o ácidos para que no se irrite la zona es otro aspecto a tener en cuenta.
Las consecuencias del piercing a largo plazo
Cabe recordar que las perforaciones se realizan, no solo en la lengua, también en los labios y la encía. Estas perforaciones no dejan de provocar daños constantes en las zonas en las que se realizan y el resto de la boca. El roce constante del metal con las encías, puede conllevar una retracción gingival que termina por exponer las raíces de los dientes con el consiguiente aumento en el riesgo de sufrir caries o enfermedad periodontal. Es de vital importancia realizar una evaluación periódica de la mano de un profesional de la odontología para poder controlar los posibles cambios, por mínimos que sean. De esta manera se pueden tomar las medidas preventivas y correctivas ante el mínimo cambio adverso. Así mismo, la acumulación de placa bacteriana alrededor del piercing, puede conllevar mal aliento crónico y menguar la salud bucodental en general.
A continuación detallaremos de forma más específica, los posibles problemas y consecuencias que pueden derivarse de la colocación de un piercing en la boca:
- Lesiones en las encías. Cuando el piercing se coloca en el labio, el roce continuo con las encías, puede derivar en un desgaste. Debido al mismo, se aumenta el riesgo de que se produzcan heridas, llagas o reacciones gingivales que terminen provocando la pérdida del hueso, e incluso, algún dienta. Del mismo modo que puede suceder en el caso de padecer una periodontitis avanzada. Por otro lado, la retracción de las encías que deja al descubierto gran parte del diente, constituye una puerta de entrada para las infecciones.
- Interferencia con la función bucodental normal. Las perforaciones en la boca, estimulan la producción de saliva, algo que podría parecer positivo pero en realidad, no lo es. Un exceso de salivación puede empeorar la pronunciación de ciertas palabras y causar problemas de masticación y deglución de los alimentos.
- Interferencia con la salud bucodental. Este tipo de piercing, colocados en la cavidad oral, retienen restos de comida y entorpecen la limpieza bucal por lo que esta, debe ser más minuciosa. Esta acumulación de restos de comida incentiva la actividad bacteriana, lo que puede derivar en un mal aliento bastante incómodo, sangrado de las encías, inflamación e incluso infecciones. Además de que las bacterias entran en contacto con los alimentos que ingerimos, pasan al sistema digestivo y al resto del organismo, algo poco saludable.
- Tanto el material como el tamaño de los piercing pueden provocar cierto tipo de alergias de contacto, como la dermatitis, ulceras o deformaciones en la lengua.
- Aspiraciones y no precisamente a realizarse otra perforación. Con la colocación de un piercing, se corre el riesgo de, como sucede con cualquier objeto extraño que se presente en la cavidad oral, ser tragado de forma involuntaria. Las consecuencias de esto pueden ser bastante desagradables.
- Daños en los dientes. Sin duda, es una de las consecuencias más frecuentes: lesiones y traumatismos que se producen al estar en contacto con el piercing. Este provoca abrasión dental y fractura, en especial cuando la dentadura ya cuenta con restauraciones de algún tipo.
- Cáncer oral. Aunque es una posibilidad muy remota, lo cierto es que la colocación de un piercing en la cavidad oral puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de boca.
- ¿Cómo un piercing en la boca puede provocar problemas en el corazón? Sencillamente, los piercing en la boca, son un riesgo potencial para la endocarditis bacteriana (inflamación grave de las válvulas o tejidos del corazón). La colocación de un piercing en la boca, es una ocasión perfecta para que las bacterias de la boca entren en el torrente sanguíneo, lleguen al corazón y causen estragos con su presencia.
Al empezar este post, hacíamos referencia a los tatuajes en la boca, otra tendencia con cada vez más adeptos. Como sucede con los piercing, la realización de los tatuajes en dientes, lengua o encías, puede conllevar algunos riesgos añadidos para quien se los realice. Si bien es cierto que los profesionales de la odontología, están de acuerdo en que los tatuajes dentales, son menos peligrosos que el resto o las perforaciones, por el hecho de que pueden realizarse en carillas. En otro momento, dedicaremos más tiempo a desarrollar este tema sobre los tatuajes en la cavidad oral y sus consecuencias. Aun así, ante la duda, consulta con tu dentista.