En el tema de la salud mental, hablar sobre cómo los animales nos ayudan contra la depresión es cada vez más importante, ya que, no son solo mascotas; son amigos que ofrecen apoyo emocional cuando más lo necesitamos. Esta conexión ayuda a contrarrestar la sensación de tristeza y soledad que a menudo viene con la depresión.
Investigaciones recientes respaldan la idea de que esta relación no solo es buena para nuestras emociones, sino que también tiene beneficios físicos y químicos en nuestro cuerpo. Por esta razón, en este artículo vamos a explorar cómo esta conexión especial puede marcar la diferencia en nuestro bienestar mental.
¿Cómo nos hace sentir la depresión?
La depresión es como un peso pesado en el corazón, que cambia la forma en que nos movemos y experimentamos la vida, ya que no es solo tristeza; es como si un manto gris envolviera cada día. Imagina sentirte atrapado en una neblina constante, donde la alegría y la energía se desvanecen.
Lo que más destaca de la depresión es esa tristeza persistente que se instala en nosotros mismos. Es más que un mal día, dicho de otra forma, es como si llevaras una carga emocional constante, una sensación de desánimo que se te instala en el pecho y se aferra a cada pensamiento. Las cosas que antes te llenaban de felicidad pueden perder su brillo, y enfrentarse a la vida cotidiana puede sentirse como una tarea de lo más complicada, como afirma el experto en psicología Psicólogo Santa Coloma de Gramenet.
Esta sensación de fatiga es otro componente clave, es decir, que no es solo cansancio físico, sino que es como si la energía emocional se agotara, dejándote con una sensación de agotamiento constante. En una situación como esta, la motivación, que es esa chispa que nos impulsa a hacer las cosas, parece estar más ausente que nunca, dejándonos con una apatía que lo invade todo.
La depresión también mancha nuestras relaciones y conexiones sociales, por lo tanto, puede ser difícil expresar lo que sentimos, y a menudo nos retiramos, ocultando nuestras emociones a los demás. La soledad, tanto física como emocional, puede convertirse en una compañera constante.
Además, la depresión puede desajustar nuestros horarios de sueño, robándonos horas de descanso reparador (lo cual aumenta el riesgo de padecer más este estado) o provocando sueños profundos que no alivian la fatiga emocional. A causa de esto, las noches se vuelven más largas, y los días, más pesados.
El contacto animal: un factor determinante contra la depresión.
Se ha demostrado que el contacto con animales representa un factor muy importante en la lucha contra la depresión, ofreciendo beneficios esenciales para el bienestar mental. La conexión entre los seres humanos y los animales ha estado muy presente a lo largo de la historia, y cada vez más estudios respaldan la idea de que la presencia y la interacción con animales pueden tener un resultado positivo en la salud mental.
En el centro de esta conexión se encuentra la capacidad de los animales para ofrecer un apoyo emocional incondicional, y es que, la presencia de una mascota, ya sea un perro, un gato u otra criatura, puede llenar un vacío emocional, proporcionando compañía y afecto sin juicio. Por tanto, este apoyo emocional puede contrarrestar la sensación de soledad que a menudo acompaña a la depresión, estableciendo un lazo afectivo que se traduce en consuelo y conexión.
El hecho de cuidar de un animal también puede proporcionar un ánimo renovado a la vida de una persona deprimida, esto se debe a que la responsabilidad diaria de alimentar, cuidar y dar atención a una mascota puede crear una organización en la rutina diaria, ofreciendo un sentido de normalidad y cumplimiento de deberes que puede resultar terapéutico. Esta relación no solo distrae de los pensamientos negativos, sino que también favorece la sensación de utilidad y de ser necesitado.
Otro punto positivo que tiene la conexión con animales es que también estimula la liberación de endorfinas y la reducción de los niveles de cortisol, hormona asociada al estrés, y es que, un acto tan simple como acariciar a un animal puede tener un efecto calmante, disminuyendo la ansiedad y elevando el estado de ánimo. Estas interacciones bioquímicas positivas contribuyen a la mejora general del bienestar mental.
Además, no debemos olvidar que el ejercicio que conlleva cuidar a un animal, como pasear a un perro o jugar con él, fomenta la actividad física, lo cual es un componente fundamental en la gestión de la depresión, ya que el ejercicio libera endorfinas, mejora el sueño y contribuye a una sensación general de vitalidad.