Ciertos alimentos y complementos alimenticios reducen o previenen la ansiedad. No son tan inmediatos como la píldora de rescate que te receta el psiquiatra, pero son más naturales. Incorporándolos en tu dieta pueden ayudarte a llevar una vida más tranquila y calmar los nervios.
Antes de nada, convine recordar que la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de peligro. El problema aparece cuando los episodios de ansiedad se hacen frecuentes y se muestran desproporcionados con relación al hecho que los motiva. Nos encontramos, entonces, ante un desequilibrio de tipo mental.
La doctora Uma Naidoo, psiquiatra, autora del libro “Calma tu mente con la comida” asegura que existe una conexión directa entre el estómago y el intestino con nuestro cerebro. Es una relación bi-direccional que se transmite a través del nervio vago y que se forma en el útero materno, antes de nacer.
Así, por ejemplo, se sabe que cuando sufrimos inflamación intestinal crónica, esta nos causa episodios de ansiedad. De la misma manera, cuando estamos nerviosos, esta excitación se puede reflejar en dolores puntuales de estómago. Por tanto, un primer paso para prevenir la ansiedad podría ser eliminar los alimentos inflamatorios de nuestra dieta y consumir productos ricos en fibra, que favorezcan el tracto digestivo.
Los alimentos que consumimos contienen principios químicos que actúan sobre nuestro sistema nervioso. Así, por ejemplo, sabemos que la cafeína y la teína son dos poderosos excitantes. Mientras, las tisanas nos ayudan a calmarnos.
También hay determinados alimentos que nos causan placer y disparan la producción de dopamina. Haciendo que nos sintamos más contentos y disipando de nuestra mente las preocupaciones.
La relación entre el cuerpo y la mente es estrecha y compleja. Tanto es así, que no podemos eliminar el efecto placebo de algunos productos que consumimos. Aun así, estos son algunos alimentos que, según los nutricionistas, nos ayudan a combatir la ansiedad.
El chocolate negro.
Sí, no es un mito. El chocolate negro nos ayuda a combatir la ansiedad y la depresión. Eso de comer chocolate cuando hemos sufrido un traspié en la vida: nos ha dejado nuestra pareja o nos han echado del trabajo, es verdad que nos ayuda a sentirnos mejor.
La revista Womens Health afirma que el chocolate negro es una fuente natural de magnesio, de la que se ha demostrado científicamente, que reduce el estrés y la ansiedad.
Los flavonoides presentes en el chocolate estimulan la producción natural de óxido nítrico, lo cual contribuya a reducir la presión arterial y mejora el flujo sanguíneo. También es uno de esos productos que disparan la producción de dopamina, la hormona de la felicidad, generando en nosotros una sensación placentera.
El psiquiatra norteamericano Daryl Gioffre señala que el consumo de chocolate aumenta los niveles de magnesio en el cuerpo, reduciendo la respuesta de lucha o huida propia de los ataques de ansiedad.
Arándanos.
Esta baya de origen silvestre reporta grandes beneficios para la salud de nuestro cerebro. Es rica en antioxidantes que reducen el estrés oxidativo del organismo. En concreto, los arándanos contienen una de las concentraciones más altas de antocianina que se dan de forma natural. Un antioxidante que actúa principalmente sobre las neuronas y las células del cerebro.
Los arándanos, como sucede con otras bayas y frutos rojos, son ricos en magnesio, vitamina C, vitamina K y fibra.
Comer arándanos, frambuesas, fresas o moras frescas son un estupendo remedio para tomar cuando nos sentimos nerviosos. Incorporar habitualmente los frutos rojos en el desayuno, en especial los arándanos, protege nuestro cerebro y favorece su funcionamiento.
Pescado azul.
El salmón, las sardinas, la caballa, la trucha, el arengue son pescados ricos en ácidos grasos tipo omega-3. Según un estudio médico, los aceites antiinflamatorios presentes en el pescado azul pueden reducir los efectos de la ansiedad hasta en un 20%.
El aceite omega-3 es una herramienta poderosa para reducir la inflamación intestinal y cerebral, relacionada directamente con la ansiedad. Tradicionalmente, el consumo de omega-3 se ha asociado con la reducción del estrés, de la niebla cerebral y del deterioro cognitivo. Todo esto, al tiempo que mejora nuestro estado de ánimo.
El aguacate.
Los aguacates liberan neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Están repletos de vitaminas del grupo B y de minerales calmantes que reducen la tensión muscular.
La grasa vegetal presente en el aguacate ayuda a reducir la demanda de azúcar por parte del cerebro y conduce al cuerpo a un estado de quemagrasas que le permite estar activo para encarar mejor el día a día.
Aunque el aceite Ceto de los aguacates no es exactamente igual a los aceites omega-3, que encontramos en el pescado azul y en algunos frutos secos, sí tiene un efecto antiinflamatorio que beneficia tanto a nuestro aparato digestivo como a nuestro sistema nervioso.
Los plátanos.
El magnesio y el triptófano son los dos minerales básicos para calmar nuestra mente, relajar nuestros músculos y optimizar las conexiones neuronales. El suplemento de bienestar del periódico ABC coloca al plátano en el puesto número 1 de los alimentos que combaten la ansiedad.
La razón de ello es que el plátano es una fuente natural de magnesio. A ello se le une su alto contenido en fibra: 3,4 gramos por cada 100 gramos de fruta. Un elemento que favorece el tracto intestinal desregulando, en muchas ocasiones, los estados de ansiedad.
Las pipas.
Nos puede parecer chocante, pero las pipas ayudan a templar los nervios. Tanto las pipas de girasol como las de calabaza. El acto repetitivo de pelar las pipas una a una con los dientes y después masticarlas e ingerirlas crea un movimiento monótono que distrae nuestra atención de pensamientos rumiantes. De esas ideas que atrapan nuestra cabeza de manera casi obsesiva.
Pero es que, además, son alimentos ricos en fibra y en minerales tranquilizantes. Así, por ejemplo, las pipas de girasol tienen un alto contenido de magnesio que nos ayudan a relajar los músculos. Un porcentaje que se dispara aún más en las pipas de calabaza.
Las verduras de hoja verde.
Las verduras de hoja verde como las acelgas, las espinacas y las endivias tienen un efecto digestivo antiinflamatorio. Volvemos a recoger un argumento que mencionamos al principio del artículo. La relación directa que existe entre la inflamación intestinal y la cerebral.
Estas verduras contienen una fibra prebiótica que ayuda a mantener y reponer la flora bacteriana intestinal que facilita el tracto intestinal y la absorción de nutrientes. Este efecto sobre nuestro sistema digestivo nos ayuda a combatir el estrés.
Un estudio realizado en varias universidades norteamericanas en el 2018 detectó que los estudiantes que comían verduras de hoja verde oscura, como el pepino y la zanahoria, se sentían más tranquilos, más felices y con más energía cuando consumían estos alimentos.
La manzanilla.
La manzanilla es la infusión más beneficiosa para el estrés y la ansiedad que existe. Más que la tila y la hierbaluisa, que consideramos relajantes.
La razón de ello es que la manzanilla tiene propiedades calmantes sobre el estómago y el intestino. Algo que contribuye a tranquilizar nuestra mente.
En un seguimiento realizado sobre enfermos de T.G.A. (Trastorno Generalizado de Ansiedad) durante el 2019, se comprobó que los voluntarios que tomaron infusiones de manzanilla, todos los días, durante 4 semanas, percibieron una mejora significativa en los síntomas de la enfermedad.
La naranja.
Comer naranjas en fruto, no en zumo, es otro de los recursos que podemos utilizar para prevenir el estrés y la ansiedad. La razón de ello es que es una fruta con un alto contenido en fibra y con unos azúcares naturales que se liberan progresivamente, aportando energía al cuerpo de una manera lenta y pausada. El zumo, por el contrario, representa un subidón de vitamina C que lo que hace es excitar el organismo y aumentar el nivel de azúcar en sangre.
Los complementos alimentarios.
Fruto de todo este conocimiento acumulado, y de mucho más que no hemos recogido en este artículo por cuestión de espacio, muchos laboratorios de nutrición han creado complementos alimenticios basados en productos naturales que nos ayudan a regular la ansiedad.
Un ejemplo curioso es Vida Zen, unas cápsulas de ingredientes activos de origen vegetal que ayudan a relajar los músculos, mejoran la concentración y aumentan los niveles de energía. Jason, nutricionista belga, fundador de Mentali, el laboratorio que creó este suplemento alimenticio natural para la ansiedad, dice que inició sus investigaciones no solo para ayudar a la gente, sino para superar los desequilibrios que él mismo sufría en sus propias carnes: insomnio, fatiga persistente, estés constante.
Los complementos alimenticios de este tipo son fruto de procesos meticulosos de investigación realizados por equipos médicos y nutricionistas que pretenden concentrar y sintetizar los principios activos presentes en los alimentos y acelerar sus efectos para que funcionen como catalizador.
Como vemos, no solo los fármacos químicos pueden combatir la ansiedad. Con esto no quiero decir que hagamos caso omiso de los medicamentos que nos recete el psiquiatra, sino que siguiendo una alimentación sana y un estilo de vida saludable podemos frenar en gran medida la aparición y desarrollo de estas dolencias preocupantes.