Mi relación con el gimnasio ha sido una especie de río Guadiana. Aparece y desaparece. Y no soy de esas personas que es que les de pereza, al contrario, soy muy constante, pero claro, para bien y para mal. Si estoy apuntado al gym, soy constante y voy todos los días. Ahora bien, si no voy, cojo peso y no pienso en volver. Pues bien, ahora he pensado que voy a volver. Os cuento mi relación amor-odio con el mundo gimnasio.
Cuando tenía 30 años me apunté por primera vez al gimnasio. Tenia claro que tenía que perder peso y bajar barriga. Así que lo cogí con muchas ganas. Y la verdad es que me hacía ilusión. Iba cinco de siete días a la semana. La verdad es que un gimnasio es como una droga. Vas comenzado con un par de días, y luego vas subiendo la dosis. Comencé con cardio, es decir 10 minutos de correr y de hacer bicicleta. Pero con el paso del tiempo, me fue picando el gusanillo y de repente me vi en una rutina de 10 ejercicios que me cambió la vida.
Porque cuando te tomas en serio el gimnasio, los beneficios son inmediatos. Me bajó la barriga una barbaridad y sobre todo, mi rendimiento físico mejora en todos los aspectos. Ya no te ahogas cuando subes una escalera y, por ejemplo, en mi caso, también mejoró el sexo.
Pero de repente, todo cambió cuando conseguí un trabajo que me hacía imposible ir al gimnasio. Eso que te dicen que siempre puedes sacar tiempo para ir. Pues en mi caso, era imposible. Y rápidamente comencé a perder todo lo ganado. La barriga cervecera ya la tenía a mi lado y se me notaba más agobiado en todos los aspectos.
Y llegó la pandemia
Cinco años después volví al gimnasio. Y lo hice por todo lo alto, con 80 kilos. Y rápidamente les fue perdiendo. Aunque ahora es cierto que lo que hice fue dedicarme más a la musculación, Y oye, pues que también me puse cachas. Pero cuando mejor estaba físicamente y más ilusionado, llegó algo que seguro que nos suena a todos. Pandemia. El bicho ha hecho mucho daño en este sector, y tuvieron que cerrar todos. Y la verdad es que el miedo ha estado siempre presente y ha costado mucho volver a este sitio y se han perdido muchos clientes por el camino.
Pero dos años y medio después he decidido volver. Y lo hago con toda la seguridad del mundo porque sé que todos los gimnasios y centros deportivos se han puesto las pilas y ahora mismo es un sitio muy seguro. Por eso regresó al gimnasio donde he estado siempre presente. Por lo tanto, por tercera vez he tenido que hacer los papeles. Y lo hago con muchas ganas porque siempre me ha venido muy bien para mi salud mental. Después de un día duro de trabajo, lo mejor es quemar adrenalina en la cinta.
Por si acaso he ido a preguntar cómo son ahora las medidas, y claro, me han convencido. Por supuesto lo primero que he visto es que se cumplen medidas de higiene y de distancia. Es un sitio que está muy limpio. Y no hay ningún problema para los accesos. En este caso porque han instalado un programa para controlar el acceso. Se llama GestiGym y te permite una configuración de control de accesos y software de gestión deportiva para gimnasios, centros deportivos, crossfit, entrenamiento personal, piscinas, escuelas de baile, artes marciales, rocódromos, centros de yoga, etc.. En este caso son expertos en la instalación y configuración de controles de acceso, cerraduras electrónicas para taquillas, barreras, etc.
También ha cambiado el formato de reservas, para no estar todos hacinados. En respuesta a la demanda de un mejor servicio web para gestionar las reservas de actividades dirigidas, pistas de pádel, etc, llega el cambio con la adaptación a un nuevo programa para que desde vuestra área privada podáis realizar cualquier gestión de forma fácil y mucho más eficaz. Ahora, las reservas se realizan a través de una nueva área privada a la que accederás desde la web. Asi puedo saber si vamos a estar muchos o pocos en la actividad.
Y por estos motivos he decidido volver al gimnasio. Lo hago por tercera vez y con muchas ganas de ponerme en forma. Es cierto que ahora ya no voy con la idea de ligar, ahora solo quiero mantenerte en forma, perder peso y sobre todo, que me venga bien para mi salud mental.